23 junio, 2023
Por Rubí Tapia Ramírez / 23 junio 2023
- El sector de real estate, y en especial la construcción, contribuyen al cambio climático que hay en la Tierra; en este sentido, los desarrollos inmobiliarios deben estar ocupados y preocupados por salvar lo que queda del planeta.
La edificación “está ubicada en el cuarto lugar a nivel global como la industria responsable de emisiones de gases de efecto invernadero; estamos hablando de que la producción de materiales, la extracción de pétreos y la generación de infraestructura es responsable del 40% de las emisiones globales”, comentó en entrevista para Inmobiliare, Martín Alberto Gutiérrez Lacayo, Director de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Desarrollo y Ecología.
Debido a estas cifras, es indispensable que este sector genere prácticas diversas para reducir la huella de carbono y los impactos que se están generando en el medio ambiente, desde todos los canales, sea producción o funcionamiento.
Es esencial “no ser omisos de que todo lo que hacemos en la construcción está generando un impacto, no solo directo sobre el sitio, sino también en toda la cadena de producción que está ligada a ella. Eso nos debe de llevar como desarrolladores a hacer las cosas de manera diferente y a estar ocupados en generar una forma de construcción que realmente sea sostenible”.
Actualmente, en México se está construyendo la primera comunidad generativa, tanto del país como de América latina: Reserva Santa Fe, la cual está en proceso de certificarse como Living Community Challenge (LCC) y Living Bulding Challenge (LBC).
- En 2016, el International Living Future Institute lanzó las certificaciones Living Community Challenge y Living Bulding Challenge.
Living Community Challenge y Living Bulding Challenge: ¿qué son?
El International Living Future Institute (ILFI) en 2016 lanzó ambas certificaciones con el fin de que los desarrollos fueran más sostenibles y amigables con el medio ambiente.
“Los fundadores del instituto se dieron cuenta de que no se estaba haciendo un cambio radical en la forma en la que se construye en un planeta; en ese sentido, crearon ILFI junto con una serie de estándares dentro de los cuales se encuentra estas dos certificaciones”.
Living Community Challenge: Es el marco de planificación, diseño y construcción más estricto en temas de sostenibilidad a nivel mundial. De acuerdo con Martín Alberto Gutiérrez, esta certificación lo que busca es una relación simbiótica entre el hombre, la naturaleza y el espacio constructivo; y a diferencia de otros, para obtener su acreditación, el 85% de las personas deben estar viviendo en el proyecto.
“Busca el cumplimiento efectivo, no es un check list donde puede estar acreditando por puntos un nivel específico de certificación como sucede con otras a mundial y es lo que la hace tan complejo, pues actualmente en el mundo solo hay cinco proyectos que han alcanzado la segunda fase que es el Vision Plan”.
Según Gutiérrez Lacayo, en la Tierra hay 22 desarrollos registrados para LCC y entre ellos Reserva Santa Fe es uno de los cinco en obtener el segundo nivel, que consiste en tener una visión clara de lo que se quiere hacer; y que solo hay dos en el tercer nivel, es decir, en construcción.
Para que una comunidad pueda ser acreditada, el International Living Future Institute ha determinado que esta debe estar compuesta por siete pétalos, los cuales son un símbolo de una flor en la naturaleza: espacio, energía, agua, equidad, salud y bienestar, felicidad.
Living Bulding Challenge: se enfoca más a uno o más edificios dentro del proyecto, pero a diferencia de LCC, el instituto califica el inmueble 12 meses después de que esté concluido. “Tienen características muy similares en los pétalos, pero componentes muy específicos”. Por ejemplo, Martín Alberto señaló que a los inmuebles se les pide que sean totalmente respetuosos con los espacios que ocupan, es decir, que se integren de manera biofílica; que todo lo que lo rodeé esté enfocado para el hombre y no los vehículos; adicional a que un porcentaje del espacio del inmueble se enfoque a temas de agricultura urbana, y que se vuelva un sitio demostrativo hacia la apropiación del ser humano, entre muchos otros.
Beneficios de LCC y LBC
Uno de los principales beneficios de los desarrolladores es el construir de una manera consciente y responsable; aunque existe otro tipo de ganancia.
“Estamos generando un bien directo al medio ambiente, no solo al no contaminar y no generar impacto negativo. En el caso de Reserva Santa Fe al ser regenerativo, esto es, regresarle más a la naturaleza de lo que quitamos. Eso debe estar en el ADN de todo lo que construimos”.
Asimismo, Martín Alberto explicó que al seguir estas prácticas, no solo es ayudar al medio ambiente, también la empresa obtiene una ganancia, pues llegan a ser un diferenciador frente a la competencia.
“Esto garantiza a los clientes que confíen y las personas que ya compraron del mismo modo también asumen el reto de ser sostenibles y esta filosofía de un respeto absoluto a la naturaleza, a la cultura y a la historia del lugar”.
En cuestión de costos se están reduciendo los de mantenimiento futuro, ya que el ser eficientes en energía o en agua repercute en precios tanto en la operación y mantenimiento.
“Si los materiales están bajo el cumplimiento de los imperativos de LBC, te garantiza que su cuidado en la operación se reduzca hasta un 40%, en resumen, al final y en la ejecución te conviene aplicar estas certificaciones”.
Otro de los aspectos importantes que beneficia a los desarrolladores está en los precios de salida de los inmuebles, pues es oferta un proyecto que cuenta con la acreditación Living Community Challenge o Living Bulding Challenge permite el aumento de la plusvalía. “Permite dar un valor agregado en precio hacia el mercado, en otras palabras llega a ser un driver en el mercado, habitar un edificio LBC”.
Inmuebles que participan en las certificaciones
El International Living Future Institute creó nueve estándares que de alguna manera pueden cubrir las necesidades o la tipología vinculada a los espacios constructivos; en el caso de LCC está enfocada a espacios de comunidad entre los que se incluyen centros culturales, campus universitarios o desarrollos habitacionales.
Para los inmuebles en lo particular enfocados a oficinas, servicios, casa habitación o cualquier tipo de usos está el estándar LBC. Asimismo, Gutiérrez Lacayo mencionó que el instituto creó también ciertas especificaciones enfocadas en cada elemento, es decir, agua o energía de una propiedad.
“En el mundo hay muchos edificios que nada más están registrados para ser net zero, esto es, cero emisiones, no tiene que cumplir con todos los demás elementos o imperativos para ser certificados Living Community Challenge o Living Bulding Challenge”.
Además de estas dos certificaciones, Martín Alberto informó que el instituto desarrolló una acreditación enfocada solamente a los fabricantes de productos de construcción: Living Product Challenge.
“Todas las certificaciones del International Living Future Institute terminarán en ‘Challenge’ porque verdaderamente es un reto lo que nosotros asumimos”.
¿Qué las hace diferentes de las otras certificaciones?
El objetivo de las certificaciones es que los inmuebles sean más amigables con el medio ambiente, pero para que sea acreedor a este distintivo es muy diferente el proceso. Por ejemplo, en el caso de la Certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental, por sus siglas en inglés) cada uno de los elementos acreditan un puntaje: ubicación y transporte, sitios sustentables, eficiencia del agua, energía y atmósfera, materiales y recursos, calidad de ambiente interior, innovación en el diseño. Es decir, que el edificio puede recibir una categoría de LEED diferente basado en el número de puntos que obtiene: LEED Certificado (40-49 puntos), LEED Plata (50-59 puntos), LEED Oro (60-79 puntos) y LEED Platino (80-110 puntos).
Ahora en el caso de Living Community Challenge o Living Bulding Challenge es diferente porque estás acreditan con el 100% del cumplimiento efectivo, esto quiere decir que no es con puntos como en el anterior caso.
“En LBC tienes que cumplir sí o sí el 100% de los imperativos, esto no es un check list, pues se verifica el cumplimiento efectivo; además algo interesante es que no solo certifica la construcción sino también la operación”.
Ya que para el instituto es primordial que se pruebe que el proyecto es eficiente en agua, energía, y manejo de materiales.
- LBC y LCC acreditan con el 100% del cumplimiento efectivo del inmueble, es decir, no es con puntos como la LEED.
Reserva Santa Fe, proyecto regenerativo en México
Como se menciona al inicio, Reserva Santa Fe, es el primer desarrollo en México y en América Latina en proceso de certificarse como Living Community Challenge y Living Bulding Challenge.
“Buscamos una comunidad que sea sostenible, equitativa, respetuosa con las diferentes culturas y con el espacio que estamos ubicando; queremos ser el primer desarrollo en Latinoamérica y en México, con esta visión de planificación regenerativa en su construcción, en su proceso y operación; esto es regresarle al medio ambiente lo que le estamos quitando con todas nuestras acciones y responsabilidad como empresa”.
El complejo ubicado en el eje Neovolcánico Transversal, específicamente en la región de Cieneguillas, Estado de México, contará con lotes residenciales unifamiliares, villas y departamentos; con solo 2.4 familias por hectárea, 86% de áreas verdes, así como 150 hectáreas con amenidades que van desde parques recreativos sostenibles, albercas, espacios para practicar tiro con arco, senderos para bicicletas, canchas de fútbol, gimnasio al aire libre, entre muchas otras.
Con el fin de cumplir su enfoque de bienestar, el proyecto tendrá su propio Bosque Comestible, el cual tiene como principal objetivo producir al menos el 60% de la dieta de los habitantes.