Sector inmobiliario vs greenwashing: ¿El sistema LEED es suficiente para disminuir la huella de carbono?

Por Samanta Escobar para el Economista

En el 2019, la construcción y operación de los edificios alcanzó su nivel más alto en emisiones de CO2, al representar 38% del total de emisiones a nivel mundial.

Desde hace unos años, LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental, por sus siglas en inglés) es uno de los sistemas de certificación sustentable más utilizados por el sector inmobiliario; sin embargo, expertos indican que ésta podría no alcanzar para mitigar la huella de carbono de los edificios.

De acuerdo con el Informe de Estado Global 2020 sobre los Edificios y la Construcción, de la Alianza Global para los Edificios y la Construcción (GlobalABC), las emisiones provenientes del funcionamiento de los inmuebles en todo el mundo alcanzaron su nivel más alto en el 2019.

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) derivadas de la construcción y operación de los edificios representaron 38% del total de emisiones mundiales relacionadas con la energía ese año. Si bien, esta cifra es alarmante, también refleja el potencial que tiene el sector para hacer una aportación positiva en contra del cambio climático.

“La población tiene mayor conciencia de la huella ambiental que generamos, pero todavía no hay un cambio profundo. Al menos vemos modificaciones en el lenguaje, pero esto también ha llevado al greenwashing, pues existen muchos desarrolladores que dicen ser verdes porque saben que los clientes lo valoran, pero falta información para que estos compradores entiendan que es necesario mucho más para de verdad ser sustentable”, comentó Armando Turrent Riquelme, fundador y director general de Balance Grupo Inmobiliario.

Es en este contexto que surgió la Certificación Living Community Challenge, un modelo creado por El International Living Future Institute (ILFI) que establece los parámetros para que las comunidades comprueben que aportan más de los recursos que se utilizan para su edificación y mantenimiento.

A nivel mundial, existen 23 proyectos en el mundo aspiran a obtener este distintivo, de los cuales cinco cuentan con la acreditación del Master Plan Complaint y solo dos han obtenido la distinción de Comunidad Emergente, entre ellos se encuentra uno en México.

Se trata de Reserva Santa Fe, un complejo ubicado dentro de un bosque de 197 hectáreas, más de la mitad de la superficie se conservará como área verde, y el resto albergará casas unifamiliares, condominios y amenidades.

“Living Community Challenge es una certificación que se dio cuenta del daño que estaba haciendo LEED, porque es como aparentar una práctica sustentable. Es irresponsable que usemos esta certificación, incluso, en su nivel Platino, y sigamos contaminando”, declaró Turrent en entrevista.

Acciones sustentables

Además de apegarse a una estricta lista de materiales de construcción avalada por el ILFI, para no hacer daño al medio ambiente, ni a las personas que construyen las viviendas, Reserva Santa Fe ha logrado otros avances importantes.

Martín Gutiérrez Lacayo, director de Medio Ambiente y Sostenibilidad, informó que el proyecto cuenta con un software que modela que evalúa la eficiencia de los edificios, los cuales han logrado ser 70% más eficientes en el uso de energía que otras edificaciones similares.

Además, la casa club y las viviendas de la zona Punta Campana operan de manera 100% autónoma respecto a la energía y el agua, con una reserva de siete días en caso de emergencias.

Respecto al agua, los edificios son 60% más eficientes, ya que el desarrollo cuenta con un sistema de potabilización de lluvia sin uso de químicos, y también tiene infraestructura para tratamiento de aguas negras.

“En Reserva Santa Fe tenemos la visión de innovar y contribuir a implementar modelos de construcción regenerativa que sirvan como ejemplo para demostrar que se pueden hacer desarrollos habitacionales con enfoque en el que nuestro ecosistema. Todo este reporte es el resultado de décadas de esfuerzo e investigación constantes para desarrollar una comunidad única en el mundo”, añadió Turrent.

Cabe mencionar que la empresa ha puesto la información y experiencia en construcción sustentable y regenerativa que ha recopilado en más de 20 años, a disposición de otros desarrolladores inmobiliarios para generar un mayor impacto en el sector.

Este artículo fue tomado del sitio web de El Economista. Lee el artículo original aquí.

Descentralización urbana: vivir a los alrededores de la CDMX como apuesta para mejorar la vivienda

Ciudad de México, 10 de febrero de 2025. En los últimos años, la Ciudad de México ha enfrentado un crecimiento poblacional y urbano que ha llevado a una saturación considerable en su infraestructura y oferta habitacional. Con una población que supera los 9.2 millones de residentes, según el INEGI, la CDMX ocupa el segundo lugar en México en cuanto a densidad poblacional. ​

Este escenario plantea la necesidad de explorar alternativas que alivien la presión sobre la capital. Una de ellas es la descentralización urbana, una estrategia que promueve el desarrollo de áreas suburbanas como solución para mejorar la calidad de vida y las opciones de vivienda de los habitantes.

La descentralización urbana implica redistribuir el crecimiento poblacional y económico hacia localidades cercanas a las grandes urbes, fomentando el desarrollo de comunidades que ofrezcan opciones sostenibles, espacios amplios y entornos saludables. Este enfoque no solo reduce la saturación en la capital, sino que también ofrece una alternativa para quienes buscan un equilibrio entre la vida urbana y la tranquilidad de la naturaleza.

El equilibrio perfecto entre ciudad y naturaleza

Reserva Santa Fe es un claro ejemplo de cómo la descentralización puede transformar la forma en que vivimos. Ubicado a sólo 15 minutos de Santa Fe, este desarrollo ofrece una combinación única de naturaleza, exclusividad y conectividad. ​

Situado en un espacio privado de lujo en medio del bosque, este proyecto creado por Armando Turrent permite a sus habitantes disfrutar de la serenidad que aporta el contacto con la naturaleza, con más del 86% de su área destinada a espacios verdes. Este diseño busca proporcionar una experiencia de vida más saludable, reduciendo los niveles de estrés y promoviendo el bienestar.

Una de las grandes ventajas de vivir en Reserva Santa Fe es la oferta de amenidades exclusivas que fomentan la integración de la comunidad y el disfrute del aire libre. Los habitantes podrán aprovechar más de 25 km de senderos para caminar o andar en bicicleta, así como lagos, canchas deportivas, gimnasio, spa, salón de belleza, sauna, y espacios al aire libre. ​

Además, el desarrollo contará con ludoteca, zona infantil, restaurantes, bares, un invernadero y una cafetería, creando espacios ideales para la convivencia y el esparcimiento.

Pero la propuesta de Reserva Santa Fe va más allá de ser solo un lugar para vivir. El desarrollo se compromete con la sostenibilidad y la autosuficiencia alimentaria, mediante su proyecto de Bosque Comestible, parte de un Programa de Producción de Alimentos. Este tiene como objetivo producir al menos el 60% de la dieta de los habitantes con alimentos orgánicos y saludables, a través de huertos, una granja y un apiario. ​

Cabe destacar que el proyecto buscará la certificación de Living Community Challenge, otorgada por el International Living Future Institute (ILFI), un distintivo que garantiza que las comunidades generen más recursos de los que consumen durante su construcción y operación. ​

La descentralización urbana, como lo demuestra Reserva Santa Fe, es una tendencia que responde a las necesidades actuales de los habitantes, y una oportunidad para crear comunidades más saludables, sostenibles y resilientes. ​

“El futuro de las ciudades está en crear espacios donde el bienestar y la conectividad coexistan. En Reserva Santa Fe, nuestra misión es ofrecer a las familias un lugar donde la tranquilidad, la naturaleza y las amenidades exclusivas se fusionen para mejorar su calidad de vida, sin sacrificar la proximidad a la ciudad.” Armando Turrent, CEO de Reserva Santa Fe.

Descubra más sobre este proyecto único visitando www.reservasantafe.com, llamando al 55 5966 3533 o enviando un correo a info@reservasantafe.com. ​

Este artículo fue tomado del sitio web de Edificios de México. Lee el artículo original aquí.

Trabajar en la ciudad y vivir en el bosque, el equilibrio perfecto

Por Mairem Del Río para Emprendedor.com

Si necesitas un respiro del ajetreo citadino, encontramos un refugio donde la naturaleza, la sustentabilidad y el lujo se encuentran en un mismo lugar.

Imagina que después de pasar el día en la oficina, en medio del ajetreo, el tráfico y el ruido, llegas a un hogar rodeado de naturaleza, diseñado a tu medida y lejos del estrés de la ciudad. Para quienes enfrentan jornadas intensas en los grandes corporativos, vivir en el bosque, en un entorno natural, no solo es un lujo, sino una inversión en bienestar físico y emocional.

Estudios han demostrado que habitar en espacios verdes reduce el estrés, mejora la concentración y fomenta la convivencia familiar, ofreciendo un equilibrio perfecto entre la vida laboral y personal. Una investigación publicada en Nature Mental Health en 2024 encontró que vivir en áreas con mayor vegetación se asocia con un menor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad. Además, un artículo de la BBC destaca que los parques y jardines en zonas urbanas ayudan a mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas.

A menos de 20 minutos del bullicio de la Ciudad de México se encuentra un oasis exclusivo para quienes buscan vivir en armonía con la naturaleza sin renunciar al lujo ni a la conectividad: Reserva Santa Fe, el primer conjunto habitacional regenerativo y resiliente en México y América Latina.

“La idea es aportarle a la naturaleza más de lo que le tomamos para construir, para vivir y para operar. Esto redefine el significado del buen vivir, al integrar de manera armoniosa a personas y comunidades con la naturaleza que les rodea a través de tres pilares de experiencia: wellness, sostenibilidad y lujo”, nos cuenta Itziar Puente, Gerente de Marketing de Reserva Santa Fe.

Un nuevo concepto en vivienda sustentable

Este desarrollo inmobiliario combina paisajes imponentes con un diseño arquitectónico minimalista y flexible. Cada propietario tiene la libertad de diseñar y construir su casa siguiendo lineamientos establecidos por el comité arquitectónico, que asegura que todas las edificaciones respeten la integración con el paisaje y el concepto general del proyecto, garantizando la cohesión estética y la sustentabilidad del entorno.

Los lineamientos arquitectónicos incluyen el uso de materiales ecoamigables y tecnologías que optimizan el consumo de recursos como agua y energía. Además, el desarrollo fomenta prácticas responsables entre sus residentes, como el reciclaje, el compostaje y el uso de sistemas de riego eficientes en los huertos.

“Nuestro principio rector es la conservación y la restauración del ecosistema, pero también la vida sana, el bienestar y el lujo. Eso es un concepto actual que ha evolucionado hacia lo que busca la gente que tiene resuelta parte de su vida en términos económicos.”, agrega Itziar. “Queremos que cada familia sienta que su hogar es único, pero al mismo tiempo, que forma parte de un entorno armónico y bien planeado”.

Un modelo inmobiliario hecho a la medida para vivir en el bosque

Reserva Santa Fe es uno de los tres proyectos a nivel mundial denominado Comunidad Emergente ante el International Living Future Institute, posicionándose como un proyecto modelo para futuros desarrollos en México y en otros países, reforzando el compromiso del cuidado ambiental, social y cultural de la región.

En su primera fase, este espacio cuenta con 184 lotes, distribuidos en 70,000 metros cuadrados de terreno. “Tenemos 7 kilómetros de calles internas y 25 kilómetros de senderos para caminar y andar en bici, además de plazas y diversos espacios de esparcimiento donde puedes convivir con otros residentes y vecinos”.

Más allá de la arquitectura e interiorismo, su principal característica es que ha sido construido bajo lineamientos sostenibles: regresará el agua a la región mediante represas, pozos de infiltración y lagos artificiales. También respetará la historia del lugar, así como los usos y costumbres de las comunidades vecinas.

Cercanía estratégica y tranquilidad asegurada

Uno de los principales atractivos de Reserva Santa Fe es su ubicación privilegiada. A pesar de estar rodeada de naturaleza, la comunidad está a unos 15 minutos de Santa Fe, a 40 minutos de Polanco y a una hora del centro de la ciudad, lo que facilita la movilidad y el acceso a las principales zonas de oficinas, escuelas, hospitales y centros comerciales. Esto permite a sus residentes disfrutar de un estilo de vida tranquilo sin perder la conexión con la vida urbana.

“La idea es ofrecer lo mejor de ambos mundos: la paz que brinda vivir rodeado de árboles, aire puro y silencio, y la comodidad de estar a un paso de todo lo que necesitas para trabajar y socializar”, comentan.

Ventajas de trabajar en la ciudad y vivir en el bosque

Para las personas de negocios y sus familias, este desarrollo representa más que un lugar para vivir: es una inversión en calidad de vida. Entre las características más atractivas de esta zona destacan:

Conexión con la naturaleza. Más del 60% del terreno está destinado a áreas verdes, con jardines, lagos artificiales y zonas boscosas que promueven el bienestar físico y mental.

Un entorno seguro. Se trata de una comunidad cerrada que cuenta con sistemas avanzados de vigilancia y control de acceso las 24 horas. “Tenemos un criterio de equidad muy fuerte, de inclusión y de no discriminación con un enfoque de género. Es decir, diseñamos los espacios de forma que sean seguros para toda la familia, desde mujeres, niños, bebés y adolescentes, hasta adultos mayores y personas con discapacidad”, nos explican.

Amenidades exclusivas. El conjunto cuenta con club privado, albercas, canchas deportivas y senderos para caminatas. También ofrecen actividades como yoga, remo, senderismo y recolección de hongos, entre otras.

Networking natural. La comunidad está compuesta por empresarios, ejecutivos y profesionistas, así como sus familias, quienes encuentran aquí un espacio ideal para compartir intereses y crear sinergias en un entorno relajado. “Las familias que vienen a vivir aquí son, en su mayoría, jóvenes de 35 a 45 años con hijos pequeños, quienes buscan darles la oportunidad de experimentar y sentir el bosque, de salir a jugar con sus amigos y vecinos. Son personas que ya no quieren estar entre cuatro paredes, sino olvidarse un rato de la red y los aparatos tecnológicos para reconectar con la naturaleza”.

Autocultivo y alimentación consciente para una vida saludable

Los residentes tienen la posibilidad de cultivar sus propios alimentos en huertos orgánicos diseñados dentro de sus propiedades o en áreas comunes destinadas para este fin. Además, el desarrollo fomenta el consumo de productos locales y orgánicos, colaborando con agricultores de la región para abastecer un mercado interno.

“Para nosotros, vivir aquí significa no solo desconectar del caos urbano, sino también reconectar con lo que comemos. Poder cosechar tus propias verduras y frutas te puede cambiar la vida”, explica Martín Gutiérrez Lacayo, director de Sostenibilidad en Reserva Santa Fe.

“La autosuficiencia alimentaria es una de las grandes ventajas de este lugar. Por eso tenemos un programa que se llama ‘Cosecha sana y bosque comestible’. Queremos que la gente produzca sus propios alimentos de manera sostenible”, detalla Martín.

El complejo alberga un invernadero donde producen muchos de los alimentos que ahí se consumen. “La idea es que la gente que viva en Reserva pueda desde preparar la tierra, sembrar y cuidar sus vegetales, hasta verlos germinar, cosecharlos y consumirlos. ¡Te cambia el chip cuando tú produces lo que comes! No solo cuidamos nuestra salud, sino también el medio ambiente”, agrega Gutiérrez Lacayo.

Con un enfoque que combina exclusividad, diseño personalizado y respeto por la naturaleza, Reserva Santa Fe redefine el concepto de lujo en México para vivir en el bosque con todas las comodidades. Aquí, el verdadero privilegio es despertar cada día rodeado de paz, belleza y posibilidades infinitas.

Este artículo fue tomado del sitio web de Emprendedor.com. Lee el artículo original aquí.

Con diseño biofílico e inteligencia artificial: Así serán las viviendas en 2025

Ciudad de México, 15 de enero de 2025 — Según estudios, cerca del 80 % de las personas en el mundo utilizan inteligencia artificial (IA), incluso sin darse cuenta. Esta tecnología es una transformación disruptiva con impacto en todos los ámbitos de la actividad humana, señalan investigadores de la UNAM. ​

Esto se ve reflejado en todos los ámbitos, tal es el caso de la industria inmobiliaria. Estas innovaciones no solo transforman la forma en que se diseñan y construyen los edificios, sino que también priorizan el bienestar humano y la sostenibilidad ambiental.

De acuerdo con una encuesta publicada por Statista el 14% de las empresas dentro de la industria inmobiliaria usan Inteligencia Artificial, por lo que es una herramienta poco explorada y en reciente crecimiento. ​

¿Cómo se usa la inteligencia artificial para construir una casa? 

La digitalización está revolucionando la planeación de proyectos con herramientas como el Building Information Modeling (BIM), que permite optimizar recursos desde la concepción hasta la ejecución. ​

Con un enfoque que combina tecnología de punta y armonía con la naturaleza, Reserva Santa Fe está marcando un antes y un después en la industria inmobiliaria de lujo, ya que utiliza una herramienta para medir y analizar cada etapa del proceso constructivo mediante una calculadora de emisiones, que permite realizar ajustes mensuales y acercarse a la meta de ser un desarrollo de cero emisiones. ​

Además, este residencial ubicado a 15 minutos de Santa Fe, utiliza un modelado energético que asegura que sus edificios sean hasta un 70% más eficientes en el consumo de energía que construcciones similares.

Esto no es una sorpresa, ya que este proyecto buscará la certificación de Living Community Challenge, otorgada por el International Living Future Institute (ILFI), un distintivo que garantiza que las comunidades generan más recursos de los que consumen durante su construcción y operación.

Bajo un diseño que obedece a lineamientos que garantizan la calidad y su carácter sostenible, Reserva Santa Fe fue diseñado integrando tecnología avanzada, eficiencia energética y un diseño centrado en el bienestar de los residentes.

“En Reserva Santa Fe unimos inteligencia artificial y sostenibilidad para ofrecer residencias de lujo que priorizan el bienestar y la conexión con la naturaleza. Este proyecto demuestra que tecnología, eficiencia y diseño responsable pueden transformar la industria inmobiliaria.” – Armando Turrent, CEO Reserva Santa Fe ​ 

Espacios diseñados para un bienestar integral

Esto va de la mano del diseño biofílico, un pilar clave en Reserva Santa Fe, ya que integra elementos de la naturaleza en la arquitectura y los espacios interiores para fomentar una conexión profunda entre las personas y su entorno. Este enfoque prioriza el uso de materiales naturales, iluminación adecuada, ventilación cruzada y la incorporación de áreas verdes, como jardines, techos verdes y paisajes circundantes. Además de su estética armónica, el diseño biofílico promueve el bienestar físico y emocional, mejorando la calidad de vida de los residentes al reducir el estrés, aumentar la productividad y fortalecer el sentido de pertenencia a un ambiente más sostenible y saludable.

Reserva Santa Fe combina lotes residenciales, villas y departamentos con una densidad mínima de 2.4 familias por hectárea, con más de 150 hectáreas de bosque que invitan a una conexión permanente con la naturaleza, reflejando los principios fundamentales del diseño biofílico.

Además, las amenidades del proyecto incluyen 4 lagos, senderos peatonales y para bicicleta, espacios de meditación y contemplación, parques para niños, mascotas y de aventura, diseñados para promover la serenidad y el equilibrio.

Reserva Santa Fe está redefiniendo lo que significa vivir en lujo sostenible y tecnología avanzada, creando un espacio que prioriza la salud, la comodidad y el cuidado del planeta. Descubra más sobre este proyecto único visitando www.reservasantafe.com, llamando al 55 5966 3533 o enviando un correo a info@reservasantafe.com.

Este artículo fue tomado del sitio web de Edificios de México. Lee el artículo original aquí.

Arquitectura regenerativa, un paso más allá de la construcción sustentable

Por Juan Rangel para Inmobiliare

La arquitectura regenerativa es una filosofía emergente que busca crear estructuras ecológicamente sostenibles que aporten algo más a la naturaleza.

Dicha tendencia no solo propone reducir el impacto ambiental de los edificios, sino revertir el deterioro provocado por el sector, creando un gran sistema proveedor de recursos y recuperando la armonía entre lo construido y lo natural.

El término fue acuñado por William McDonough y Michael Braungart en su libro “Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things”, publicado en 2002.

Aunque reciente, esta actividad ya forma parte del trabajo de expertos en diseño y construcción. Ejemplo de ello es Ana Eugenia Vázquez, ganadora del concurso Contigo a la distancia, quien definió a la rama como “una forma de equilibrio con el medio ambiente, en vez de existir a costa de ella”.

Otro caso es Emmanuel Pauwels, cofundador del colectivo A Regenerative Place cuyo trabajo busca rediseñar los espacios hechos por el hombre.

“En la arquitectura regenerativa, el proyecto se ve como parte de la comunidad ecológica y no como una imposición en el paisaje”, indicó.

Reserva Santa Fe y sus avances en arquitectura regenerativa

Un ejemplo de este modelo de construcción es Reserva Santa Fe, proyecto ubicado en el Estado de México planeado para aportar más de los recursos utilizados para su edificación y operación, restaurando el ecosistema.

En entrevista para Inmobiliare, Martín Gutiérrez Lacayo, Director de Medio Ambiente y Sostenibilidad, aseguró que las obras han generado beneficios tanto ambientales como sociales, los cuales pueden leerse en su Reporte de Sostenibilidad 2024.

Uno de estos aportes son los trabajos de reforestación, permitiendo que los árboles dentro del complejo absorban hasta 10 mil toneladas de CO2 al año.

El abogado en derecho ambiental agregó que, en los últimos años, Reserva Santa Fe ha logrado la reproducción de especies vegetales y animales amenazados, como el charal o incluso axolotes que serán reintegrados al entorno. También la creación de un banco de semillas y la introducción de seis mil 500 herbáceas nativas.

Además, en los últimos tres años se han infiltrado cerca de 20 mil metros cuadrados de agua, utilizados tanto para la creación de tres cuerpos de agua como para el reabastecimiento de los mantos acuíferos.

Inclusión de pobladores en el plan de desarrollo

En materia social, Reserva Santa Fe genera empleo para pobladores locales, aprovechando conocimientos, tanto empíricos como académicos, en agricultura y botánica.

Ejemplo de esto, Gutiérrez Lacayo destacó el trabajo de Yazmin Santiago y Rosalio Gutierrez, encargados del invernadero donde se cosechan únicamente productos 100% orgánicos. Este opera bajo el programa de Bosque Comestible, que busca generar el 60% de la dieta de los habitantes.

“Vamos a crear invernaderos como este con nuestros vecinos, para que vengan y oferten a las familias del desarrollo. Serán productos sembrados con la misma técnica que nosotros aplicamos aquí”, compartió el abogado para Inmobiliare.

Finalmente,  Reserva Santa Fe está en proceso de obtener la certificación Living Community Challenge, la cual evalúa el cumplimiento efectivo de normas sustentables estrictas.

Este artículo fue tomado del sitio web de Inmobiliare. Lee el artículo original aquí.

Con calculadora de emisiones y materiales sostenibles: Así se construye el único residencial de América Latina que apuesta por la construcción regenerativa

Reserva Santa Fe ha presentado un informe de resultados sobre los procesos que lo posicionan como el único residencial en México y el mundo que aspira a obtener la certificación Living Community Challenge. Ubicado a solo 15 minutos de Santa Fe, este proyecto inmobiliario es pionero en construcción regenerativa en la región y aspira a convertirse en un modelo para la industria inmobiliaria del futuro.

 

Construcción regenerativa: el siguiente paso en la sostenibilidad

11 de septiembre de 2024. El sector inmobiliario está mirando más allá de la sostenibilidad; el nuevo horizonte es la construcción regenerativa, un enfoque que busca devolverle a la naturaleza más de lo que se le toma. Este modelo se basa en acciones como el reciclaje de materias primas, el tratamiento de agua, la instalación de paneles solares, la creación de huertos urbanos y hasta la integración de un bosque comestible.

El International Living Future Institute (ILFI), una organización sin fines de lucro con sede en Cascadia, Oregón, es la autoridad en construcción regenerativa, responsable de otorgar certificaciones como Living Community Challenge. Esta certificación se otorga tras una evaluación rigurosa, garantizando que las comunidades certificadas contribuyan más de lo que consumen, ayudando a restaurar ecosistemas.

 

Un proyecto único en su clase

De los 23 proyectos a nivel mundial que aspiran a obtener esta certificación, solo 5 cuentan con la acreditación del Master Plan Compliant y únicamente 2 han recibido la distinción de Comunidad Emergente, uno de los pasos hacia la certificación completa. Reserva Santa Fe es uno de estos proyectos, y además busca la certificación Living Building Challenge para uno de los edificios del complejo.

En su más reciente evento, donde se inauguraron las amenidades del residencial, se presentó un reporte que detalla los avances en sus procesos de construcción.

 

Avances hacia la meta de cero emisiones

Durante la presentación, Martín Gutiérrez Lacayo, Director de Medio Ambiente y Sostenibilidad, destacó los avances clave, como la instalación de 60 paneles solares de alta eficiencia, que eliminan la necesidad de combustibles fósiles y reducen las emisiones de carbono. Además, el equipo cuenta con una calculadora especial de emisiones que mide cada paso del proceso, desde la construcción hasta la administración, con el objetivo de alcanzar el estatus ZERO NET.

Además, los edificios del residencial son un 70% más eficientes en el uso de energía en comparación con otros proyectos similares. Reserva Santa Fe también ha implementado un software que modela la eficiencia energética de las construcciones.

 

Ahorro de agua y energía

Los edificios, como la Casa Club y las viviendas de Punta Campana, funcionan de manera completamente autónoma en cuanto a energía y agua, con una reserva de hasta siete días para emergencias. En cuanto al uso del agua, los edificios son un 60% más eficientes gracias a la reutilización del agua de lluvia, que se potabiliza sin el uso de químicos. El sistema de tratamiento de aguas negras también beneficia a las comunidades cercanas al proyecto.

Se estima que cuando el residencial esté completamente habitado, cada persona reducirá su consumo de agua en un 40%.

 

Conservación del ecosistema y bosque comestible

Reserva Santa Fe está implementando un programa de germoplasma para obtener semillas de mayor longevidad y producir árboles que ayuden a regenerar el ecosistema. También se están propagando especies que fijan nitrógeno en el suelo, ayudando a reconstruir áreas erosionadas.

Además, han desarrollado una app para que tanto residentes como empleados conozcan los 5,029 materiales prohibidos por el ILFI, asegurando que el uso de materiales sostenibles sea una práctica continua.

«Con estas acciones, no solo estamos beneficiando a los futuros residentes y vecinos de Reserva Santa Fe, sino a todo el Valle de Toluca», señaló Gutiérrez Lacayo.

Por su parte, Armando Turrent, fundador de Reserva Santa Fe, agregó:

Nuestra visión es innovar y demostrar que los desarrollos habitacionales pueden tener como prioridad la regeneración de recursos naturales y la conservación del ecosistema. Este informe refleja años de esfuerzo e investigación para crear una comunidad única en el mundo.

 

Para conocer más sobre este innovador proyecto y agendar una cita, visita www.reservasantafe.com, llama al 55 5966 3533 o escribe a info@reservasantafe.com.

 

Este artículo fue tomado del sitio web de Estilo DF. Lee el artículo original aquí.

Reserva Santa Fe: un modelo innovador de sostenibilidad y alimentación sana

Por Ingrid Cubas para The Food Tech

En años recientes se ha hecho cada vez más común el uso de los términos “sostenible” y “sustentable” como si se trataran de lo mismo. Sin embargo, no son sinónimos y abarcan aspectos distintos:

  • Lo sostenible habla de un sistema o proceso que se puede mantener a través del tiempo sin que se agoten recursos ni se dañe el entorno. Su enfoque equilibra ámbitos naturales, económicos y sociales.
  • Por otro lado, la sustentabilidad se trata de la capacidad de mantener recursos o actividades a través del tiempo sin que se comprometa su disponibilidad a futuro; en realidad, su perspectiva abarca la gestión de recursos.

Con esto aclarado, la alimentación puede ser tanto sostenible como sustentable. Si nos enfocamos en los recursos naturales que la hacen posible, hablaríamos de alimentación sustentable; mientras que al abordar los aspectos sociales, ambientales y económicos que la rodean en conjunto, nos referimos a la alimentación sostenible.

Puntos relevantes sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Desde el año 2025, los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como parte de su agenda para el 2030. Dichos lineamientos son al mismo tiempo compromisos con impacto directo en el planeta y la vida de sus habitantes.

Algunos de ellos señalan la importancia de que haya:

  • Hambre cero (2)
  • Salud y bienestar (3)
  • Agua limpia y saneamiento (6)
  • Energía asequible y no contaminante (7)
  • Ciudades y comunidades sostenibles (11)
  • Producción y consumo responsable (12)
  • Acción por el clima (13)
  • Vida de ecosistemas terrestres (15)

Si bien, existen proyectos en los que se puede abarcar uno o más de dichos objetivos en paralelo, encontrar desarrollos en los que se de relevancia a todos por igual no suele ser común.

Un caso de éxito se encuentra en Reserva Santa Fe, un desarrollo residencial innovador y sostenible, ubicado en medio de un terreno de 217 hectáreas, con un bosque templado de 150 hectáreas y 4 lagos reservorios en el Eje Neovolcánico Transversal de México… un espacio con miras a convertirse en el primer desarrollo regenerativo y resiliente de América Latina.

Reserva Santa Fe como ejemplo de un auténtico compromiso sostenible

Al tratarse de un proyecto residencial basado en el modelo de construcción regenerativa, es imprescindible la investigación y recolección diaria que realiza un equipo de expertos liderados por Martín Gutiérrez Lacayo, director de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Reserva Santa Fe.

Como parte de su propuesta, se han tomado muy en serio aspectos como:

  • La descarbonización y reducción de emisiones de dióxido de carbono, por lo que disponen de 60 paneles solares de alta eficiencia que evitan el uso de combustibles de origen fósil y gas. Incluso, con el uso del software Edge ha concluido que el uso de energía en sus instalaciones es 70% más eficiente que en casos similares.
  • La conservación del ecosistema, mediante aclareos de bosque que han dado como resultado el incremento de hasta 3 veces más absorción del bióxido de carbono debido a la presencia del árbol dominante: Oyamel, llegando a absorber 10 mil toneladas de CO2 al año.
  • A su vez, los humedales absorben 4 veces más carbono, llamado carbono azul. Para reforzar este potencial, colaboran con el doctor José Antonio Ordoñez, especialista internacional en el tema. Además, por su ubicación y altura, la región se conoce como Cieneguillas (Bosque de Aguas).

Basándose en la resiliencia y la regeneración, han integrado viviendas con espacios de convivencia y amenidades que permitan el aprovechamiento sostenible de los recursos de la zona.

Considerando que el agua es esencial para la vida y el suministro mundial de alimentos, cabe considerar que, de acuerdo al Foro Económico Mundial, los sistemas alimentarios representan el 72% de las extracciones de agua dulce en todo el mundo.

Por lo tanto, es un acierto que las construcciones de Reserva Santa Fe sean 60% más eficientes en la reutilización de agua dado a que cuentan con un sistema en donde el agua de lluvia se potabiliza sin el uso de químicos y disponen de tratamiento de aguas negras para reutilizarlas.

Un giro al planteamiento de los sistemas alimentarios convencionales

Hoy se sabe que, a nivel global, el sistema alimentario es responsable de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, que la inseguridad alimentaria va en aumento y que una de cada 10 personas padece hambre.

El Foro Económico Mundial ha buscado impulsar la innovación en los sistemas alimentarios para mitigar estos efectos y construir un futuro mejor. Para ello, invita a mejorar la salud del suelo y a innovar en proteínas, puesto que nos enfrentamos al reto de alimentar a una población mundial creciente y, por el ritmo de consumo que llevamos, más del 90% de los suelos del planeta podrían estar degradados en 2050, lo que reduciría la producción mundial de alimentos en un 10%:

Los sistemas alimentarios deben aumentar sus niveles de sostenibilidad a través de la innovación. Los agricultores se encuentran al centro de los sistemas alimentarios y, por lotanto, la innovación debe centrarse en ellos, lo que no significa que deban aplicar métodos innovadores concebidos por otras entidades, sino que deben ser codiseñadores, cocreadores y co-implementadores de esa innovación”,

afirma Arnold Puech d’Alissac, Presidente de la Organización Mundial de Agricultores, dentro de “Mainstreaming Food Innovation: A Roadmap for Stakeholders”, una publicación del Foro Económico Mundial correspondiente a septiembre de 2024.

Bajo estos principios, hacen eco los pilares que representa Reserva Santa Fe: bienestar, sostenibilidad y lujo, pues además de ser un referente de desarrollo ambientalmente responsable en México y el mundo, han adaptado el ecosistema para que cubra las necesidades de habitantes y visitantes sin poner en riesgo el equilibrio ambiental de la reserva:

“Ese nuevo lujo va desde cómo producir tus alimentos y cómo tener contacto con la historia original del espacio, cómo tener contacto con los orígenes que llevan a la transformación de una sociedad, cómo tienes contacto con tu entorno no solo social sino natural”, expresó Martín Gutiérrez.

Cosecha sana y Bosque Comestible a las orillas de la ciudad

Como parte de la regeneración del ecosistema en Reserva Santa Fe se generaron humedales para que las especies que en algún momento se fueron debido a la contaminación y erosión en la zona, vuelvan al que solía ser su hogar.

En este ecosistema con especies que cohabitan de forma armónica, muchas se benefician del suelo y fijan nitrógeno a la tierra, impidiendo que se erosione y propiciando que la flora y fauna del hábitat prosperen.

Por su altitud que estriba entre los 2800 a los 3100 metros sobre el nivel del mar, existe una riqueza en la vida animal y vegetal que se encuentra a distintos niveles. Día a día, se actualiza el directorio de especies que se identifican en el desarrollo, llegando a contabilizar 196 aves distintas, murciélagos en peligro de extinción, linces americanos, coatis, conejos, mapaches, cacomixtles, coyotes, pecarís, conejos y comadrejas de orejas blancas, por mencionar algunos ejemplares.

Además, se han encontrado 197 especies de herbáceas, 17 árboles mayores y 42 especies comestibles o medicinales.  Por si fuera poco, recurren a la propagación de germoplasma para hacer un banco de semillas en su invernadero y producir los mejores árboles posibles.

Con estas acciones se pretende que, por lo menos el 60% de la dieta de los habitantes del completo, se pueda producir in situ a través de un programa de producción de alimentos que engloba un Bosque Comestible, en el que se busca la propagación y cosecha de especies de plantas y hongos nativos.

Dicha práctica se realiza bajo el criterio de silvicultura sostenible, en la que el ecosistema genera el extracto mayor y produce los nutrientes necesarios para plantar hortalizas, hongos, hierbas medicinales, flores y tubérculos.  Además, se busca la producción de hortalizas no nativas en ambientes controlados por medio de invernaderos y micro túneles:

“Queremos que la gente produzca sus propios alimentos en Reserva, de manera orgánica y sostenible. Tuvimos que aprender no solo trayendo a investigadores y botánicos, sino con ejidatarios y sus familias. Empezamos a ver qué aprovechaban del Bosque y nos dimos cuenta de que tienen un conocimiento muy arraigado en temas medicinales, de los hongos de la zona y las temporadas de producción: una que va de junio a agosto y otra de noviembre a diciembre”.

“Tenemos lo que el bosque nos da de manera silvestre y podemos aprovechar. Con este conocimiento hicimos una paleta de identificación de lo que se puede comer y lo que se puede aprovechar por estación.  A partir de eso, generamos un programa para que los dueños pudieran cosechar sus alimentos”.

“Colectamos hongos, tisanas y frutos; hicimos una red de invernaderos de producción orgánica para que puedan preparar la tierra desde el sustrato, ponerle nutrientes y semillas. Es un vivero tecnificado con 750 metros cuadrados que opera con energía solar de agua de lluvia”.

El tercer componente del programa de producción de alimentos en Reserva Santa Fe, además del bosque comestible y la producción de hortalizas no nativas en invernadero, es la red de Cosecha Sana, que consiste en la capacitación y equipamiento de invernaderos comunitarios con ejidos y comunidades vecinas para que ofrezcan sus productos semanalmente en la reserva.

Adicionalmente, cuentan con un programa Zero Waste, en el que el 80% del total de los residuos generados se deben incorporar en la economía circular para reciclarse.

De esta forma, no solo están atendiendo los objetivos de hambre cero y salud y bienestar de forma directa a través de la alimentación producida en la zona, sino que, además, están construyendo una comunidad sostenible en la que impera la producción y el consumo responsable a través de acciones por el clima teniendo consciencia sobre la vida humana y el resto de las especies que habitan en este espacio terrestre con humedales en apogeo, abarcando así los múltiples ODS mencionados arriba.

Este artículo fue tomado del sitio web de The Food Tech. Lee el artículo original aquí.

Así es el primer desarrollo con construcción regenerativa en México

Un desarrollo inmobiliario que integra Energía, Equidad, Sitio, Salud-Felicidad, Agua, Materiales y Belleza.

Hace 7 años que la Organización de las Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible. Fue un desafío importante a políticas públicas, industrias privadas y prácticamente todos los ámbitos que componen a la sociedad actual, incluyendo el mercado inmobiliario, responsable, quizá, en muchos casos, del deterioro de ecosistemas y la sobreexplotación de recursos a nivel mundial. 

Hoy, Reserva Santa Fe, un proyecto mexicano, responde a esta agenda y a convicciones propias, convirtiéndose en el primer desarrollo en México y Latinoamérica que avanza hacia un modelo de construcción y vivienda regenerativo, como punta de lanza en la región en atravesar el proceso de obtener el certificado Living Community Challenge, presentado en 2006 por las prominentes figuras Jason F. McLennan y Eden Brukman, y el cual engloba diversos aspectos que juntos, hacen sostenible y regenerativo un espacio habitacional, incluyendo: Energía, Equidad, Sitio, Salud-Felicidad, Agua, Materiales y Belleza.

Pero ¿qué significa este modelo y cómo se llega a él? Es una certificación que apuesta por una transición fundamental para el presente y el futuro del planeta: pasar de un impacto menor al medio ambiente a lo regenerativo, ​ en donde los espacios construidos aportan más de los recursos que se utilizan para su edificación y mantenimiento, restaurando ecosistemas y regresando cuando menos el 5% adicional del agua y energía, “logrando una civilización que pueda crear mayor biodiversidad, capacidad de recuperación y oportunidades para la vida en cada adecuación y desarrollo”.

Las 196 hectáreas de bosque entre el Valle de México y el de Toluca, eran un retrato más de la explotación desmedida de recursos naturales: valles y cañadas por donde hace siglos corría el agua de diversos manantiales, hasta hace poco tiempo, tenían una apariencia cuasi desértica, estéril. En 2022, gracias a Reserva Santa Fe, y su alianza con los ejidatarios socios del proyecto, este espacio se está transformando en un ecosistema en el que sus habitantes se integrarán como agentes de conservación y enriquecimiento de la naturaleza -con menos del 14 por ciento del área total destinada a la construcción- y disfruten de una alta calidad de vida. 

 

Antes de levantar cualquier edificación, Reserva Santa Fe asumió el compromiso de regresar agua a la región y de respetar la historia, así como los usos y costumbres de las comunidades vecinas, construyendo lagos, represas, pozos de infiltración y el Santuario de Nacelagua. 

A principios de junio se concluyó la obra del primer edificio regenerativo de Latinoamérica, ubicado en el centro de Reserva Santa Fe, el cual se encuentra en etapa operativa dentro del proceso final de evaluación de la certificación Living Building Challenge.

Este lugar del Edomex es el primero en buscar huella ambiental positiva en AL

Por Diana Zavala / 15 abril 2024

  • Reserva Santa Fe es el único proyecto en América Latina en busca de la certificación Living Community Challenge.

La huella del ser humano en la tierra es inevitable. Las construcciones que realiza, su tránsito y el consumo de recursos es hasta medible. De acuerdo con el gobierno de México, cada ser humano deja su marca en 2.7 hectáreas; sin embargo, el planeta es capaz de otorgar a cada uno de sus habitantes 1.8 hectáreas, declaró el World Economic Forum en 2012.

En todos los sectores se ha buscado que esta presencia en el medioambiente sea cada vez menos perjudicial. Incluso, ya existen iniciativas que buscan ir un paso más adelante y hacer que la presencia de las personas en los entornos naturales aporte a dejar el lugar mejor de lo que lo encontraron.

La Living Community Challenge es un ejemplo. Se trata de una certificación del Instituto Internacional del Futuro Vivo que busca planear, diseñar y construir comunidades (no sólo edificios) con la premisa de tener una relación simbiótica entre las personas y todos los aspectos construidos en el entorno. “El programa es un llamado a la acción para gobiernos, campus, planificadores, desarrolladores y grupos de vecinos para crear comunidades que estén tan conectadas y hermosas como un bosque”, dice en su página web.

En Latinoamérica sólo hay un proyecto inmobiliario que ha buscado seguir los pasos para lograr la acreditación: Reserva Santa Fe, ubicado en el Estado de México, cerca de la capital del país, en terrenos que en el pasado fueron ejidos y que parecían haber quedado inutilizables en términos ecológicos debido a la explotación del suelo por su uso agrícola en décadas anteriores, la tala clandestina y el uso de la zona como basurero.

La reserva

Reserva Santa Fe es un proyecto particular no sólo por la búsqueda de la certificación, sino por el modelo de comercialización, ya que se trata de un desarrollo que, por el momento, no vende inmuebles, sino la promesa de que el entorno de ellos será armonioso y sustentable.

Se trata de 197 hectáreas en el Valle de México en las que 110 se quedarán siendo sólo bosque, 42 se destinarán a lotes unifamiliares (aunque no se podrá construir en toda la superficie), 18 hectáreas serán para townhouses y condominios residenciales en otras etapas del proyecto y 27 más serán amenidades.

El proyecto se basa en la creación de estas amenidades, la seguridad y el ordenamiento de la comunidad, además del planteamiento de las reglas de operación de los futuros habitantes. Para los compradores (que desarrollarán su propia vivienda) ponen una serie de requisitos y compromisos en la construcción de su inmueble, así como en la convivencia en el espacio, para que la huella en el terreno sea positiva.

Una mejor huella

El certificado tiene una serie de pasos a seguir para asegurarse que no sólo el desarrollo que se instale en la zona a tratar sea beneficioso, sino que la interacción futura y su crecimiento también lo sean. Estos, llamados “pétalos”, son lugar, agua, energía, salud y felicidad, materiales, equidad, y belleza.

Dentro de cada uno hay lineamientos más específicos que se deben seguir, para cumplir objetivos que van desde la generación neta positiva del agua y energía, hasta el acceso universal en la comunidad.

Martín Gutiérrez Lacayo, especialista en derecho ambiental y director de Sostenibilidad de Reserva Santa Fe, comenta que la visión de cuidado del medioambiente en el lugar comenzó en 1990, antes de que existiera la certificación, ya que querían conocer el estado ecológico de la zona y la manera de regenerarla.

Con el diagnóstico y estudios a lo largo de los años, fue entre 2010 y 2020 cuando, de manera indirecta, se comenzaron a realizar acciones parte del Living Community Challenge.

“Se realizaron dos estudios globales que nos llevaron a establecer cuál es la capacidad de carga máxima del ecosistema para poder tener familias viviendo sin dañar significativamente la dinámica evolutiva de las especies. Eso nos llevó a ubicar a 500 familias, no más, en el desarrollo, a pesar de que las autorizaciones y permisos nos dejan 2,500 casas habitación”, cuenta el especialista.

Este límite en la construcción dio una base sólida para comenzar a desarrollar el pétalo de lugar (place), que a su vez funciona como cimiento para el resto. El primer paso de todos fue establecer un programa de adaptación y generación, instalado formalmente en 2016, que les pedía un hábitat de referencia para tener un ecosistema similar que funcione para comparar cómo sería el lugar en el que se va a establecer la comunidad si nunca hubiera sido dañado.

“Ese lugar físico existente es el que se quiere alcanzar con las acciones de regeneración. Y sí existe. Para nosotros es un espacio que está ubicado dentro de la misma altura en donde nos encontramos y que forma parte del núcleo del área protegida de la Marquesa. La zona más densa metida hacia el bosque, a unos 22 kilómetros de la reserva”, especifica Martín Gutiérrez.

Con este lugar en mente se comenzó a trazar un plan para que con todo y el desarrollo construido, Reserva Santa Fe se asemejara en recursos al área natural. La metodología que se usa actualmente para lograrlo se llama Rueda de Recuperación Ecológica, que sirve para medir los resultados a lo largo del tiempo con base en el diseño de los programas y el hábitat de referencia.

Uno de los elementos principales en este proceso, principalmente este 2024 en el que la escasez del agua en el Valle de México ha llevado a niveles críticos, es la gestión de este líquido. El experto cuenta que los ejidatarios que trabajaban las tierras abandonaron su uso agrícola después de una fragmentación de los mantos freáticos de la zona después de echar a andar el segundo túnel Analco-San José del Cutzamala, por lo que era importante no pensar sólo en el ahorro y reúso, sino en su generación y recuperación del agua corriente.

“En Reserva Santa Fe hay tres estaciones de monitoreo climático para efecto de medir cuáles eran los principales elementos de precipitación, humedad, viento, insolación y demás, en tres zonas distintas, para tener datos concretos de cuánta actividad se había realizado y cuánta agua podríamos captar en el desarrollo. Esto nos llevó a desarrollar un programa de captación, almacenaje e infiltración directo al manto freático. En reserva vas a encontrar una serie de lagos, pero los lagos tienen una función de ollas de captación de agua”, dice Martín Gutiérrez.

Pabellón de la Reserva and its sustainable architecture nod to its natural setting

By Ellie Stathaki

Set over misty waters next to thick foliage, Pabellón de la Reserva is a light and open retreat, designed for its users to take in the striking nature of Reserva Santa Fe – a green, private residential complex, a stone’s throw from the bustling heart of Mexico City. This elegant piece of pavilion architecture is created by dynamic Mexican architecture practice Hemaa, headed by Alejandra Tornel, José Miguel Fainsod, and Santiago Hernández Matos.  

Pabellón de la Reserva: a balance of nature and architecture

The structure was designed to place its context at its heart, offering swathes of glazing, open-plan interiors and lush outdoor areas that allow the residents to feel at one with the surrounding landscape. 

Set as it is within a cold and humid climate, beside a small lake, and dense forestation, it was ‘imperative’ for the architects ‘to conceive an architectural design that could authentically echo the character of its natural environment’.

The result is a low, linear, seemingly simple building, defined by a lightweight nature, and a long roof overhang created by pronounced eaves in an ash-green hue. The seamless cladding of the rooftop helps craft a gentle, flowing overall appearance. 

In order to ensure that the new architecture blends organically with the existing nature, the architects combined passive climate control strategies (such as strategic openings for ventilation and shading) and new technologies (including solar panels, an urban rooftop garden and rainwater capture systems), to support a sustainable architecture approach. 

The use of locally sourced materials was also favoured. This resulted in a remarkable 67.66 per cent of the construction materials being procured from sources within a 500km radius – while all wooden elements were produced on-site or sourced from Forest Stewardship Council (FSC) certified suppliers. 

‘Pabellon de la Reserva represents an initial exploration, inviting users to embark on a transformative journey of experiential discovery – a testament to the possibilities and aspirations encapsulated within a living, regenerative building,’ the architects write in their project statement. 

‘It beckons individuals to immerse themselves in a realm where the boundaries between the built and natural environment blur, ultimately reshaping their understanding of what it truly means to inhabit and engage with the spaces we inhabit.’