28 mayo, 2025
De acuerdo con la firma consultora McKinsey, los proyectos de urbanización sostenible representarán hasta el 30% del mercado inmobiliario global en la próxima década, consolidándose como uno de los motores más relevantes de valorización patrimonial a mediano y largo plazo. Sin embargo, mientras muchos desarrollos apenas integran prácticas sustentables básicas, una nueva corriente está marcando el verdadero futuro de la industria: la construcción regenerativa.
Este modelo no solo busca reducir el daño ambiental, sino restaurar el ecosistema, generar ahorro operativo, y aumentar el valor percibido y real de las propiedades. Reserva Santa Fe, es el primer desarrollo inmobiliario en Latinoamérica en aspirar a la certificación Living Building Challenge otorgada por el International Living Future Institute (ILFI), autoridad mundial en construcción regenerativa.
Más allá de lo ecológico: el retorno tangible
Lo regenerativo no es solo una postura ética, es una ventaja competitiva y una estrategia financiera inteligente. De acuerdo con Pedro Gómez Gallardo Aguilar, Director de Operaciones de Reserva Santa Fe:
“La tierra es considerada la mejor inversión a largo plazo. Reserva Santa Fe se encuentra en la etapa de mayor plusvalía, ya que se está construyendo. Conforme avance hacia nuevas etapas, la tendencia es clara: el valor seguirá aumentando hasta alcanzar su máximo potencial una vez concluido el desarrollo y habitado por completo”.
Y añade: “Hoy, la oportunidad está en invertir cuando el terreno aún conserva su mayor proyección de crecimiento”.
Lo que define a la construcción regenerativa
Mientras los desarrollos se enfocan en certificaciones LEED o prácticas “eco-friendly”, la construcción regenerativa establece un estándar más exigente:
Todo esto se traduce en costos operativos menores, mayor calidad de vida y, sobre todo, una valorización acelerada a través del tiempo.
Reserva Santa Fe no solo genera plusvalía financiera, sino valor ambiental medible. Hasta la fecha, hemos registrado 196 especies de aves y fauna local como linces, cacomixtles y coyotes. Además:
Esta precisión no solo responde a regulaciones, sino que refuerza el valor a largo plazo de vivir o invertir en una comunidad que será ambientalmente estable por décadas.
Un modelo pionero en México
Hoy solo dos proyectos en el planeta han alcanzado la categoría de Comunidad Emergente según el ILFI. Uno de ellos es Reserva Santa Fe. Y mientras otras ciudades apenas comienzan a explorar estas metodologías, nosotros ya operamos bajo principios regenerativos reales, no como promesa, sino como práctica.
“En Reserva Santa Fe queremos demostrar que sí es posible construir viviendas que restauran, no destruyen. Nuestro objetivo no es solo edificar casas, sino comunidades resilientes que regeneren recursos naturales y ofrezcan calidad de vida incomparable”, declaró Armando Turrent.
Reserva Santa Fe es hoy uno de los pocos desarrollos que ya encarnan ese futuro.